Siento la necesidad de usar un lenguaje universal que comprenda el sentimiento de conmoción que el arte puede generar, el de la comprensión más primaria y emocional, el de la intuición que maneja el arte abstracto.
Veo la sociedad a la que pertenezco como una máquina imparable generadora de falsas necesidades y de información rápida y vacía, las novedades suelen ser collages de cosas ya existentes y creo que es realmente difícil apartarse de todo esto para colocarse en un plano auténtico, donde las formas dependen del fondo y no al contrario, donde cabeza y corazón están alineados y lo que se genera es verdad. Ahí considero que tiene que estar el arte, en el primer escalón de la observación pausada y verdadera de lo que vendría a ser la realidad natural, la no distorsionada por el consumismo, el miedo, la vergüenza o los prejuicios, esa realidad sustentada por la naturaleza y entendida por la visión más primigenia que todo ser humano tiene al nacer, la mirada limpia del niño, la del artista también.
Con mi trabajo intento acercarme a esa realidad pausada de la observación, del no raciocinio. Hablo de vacío y densidad, de luz y sombra, de transformación. Un intento silencioso de escucha apartada donde los motores generadores son el instinto y la intuición. Como si cada obra hubiera emergido de la naturaleza y fuera como es porque no puede ser de otra manera, donde la duda y la discusión intelectual no tienen lugar. Porque, al igual que no es necesario entender la forma de una piedra, las manchas emergen en la tela de forma natural, como la piel de un animal que cambia su apariencia al mutar.
No tapo ni rectifico nunca nada, acepto los errores como aciertos, no hay censura en mi pintura.
Me gusta pensar en mis obras como si fueran una pequeña parte de algo más grande.
I feel the necessity to use a universal language that understands the feeling of commotion that art can generate, that of the most primary and emotional comprehension, that of intuition that abstract art handles.
I see the society to which I belong as an unstoppable machine generating false needs and quick and empty information, the novelties are usually collages of already existing things and I think it is really difficult to get away from all this to be placed in an authentic plane, where the forms depend on the background and not the opposite, where head and heart are aligned and what is generated is true. in that place I believe that art has to be on the first step of the slow and true observation of what would become the natural reality, the undistorted by consumerism, fear, shame or prejudice, this reality supported by nature and understood by the most primitive vision that every human being has at birth, the child’s clean look, that of the artist as well.
With my work I try to approach that slow reality of observation, of non-reasoning. I search the emotion in the contrast between material density and silence, a game of opposites in an attempt of brutal dialogue that disqualifies and set human reasoning aside. As if each piece has emerged from nature and was like it is because it can not be otherwise, where doubt and intellectual discussion have not place to be. Because, like it’s not necessary to understand the shape of a stone, the spots emerge in the fabric in a natural way, like the skin of an animal that changes its appearance when it mutates.
I do not cover or rectify anything, I accept the mistakes as correct, there is no censorship in my works.
I like to think on my paintings as if they were a small part of something bigger.
PATI BAZTÁN 